Carlos Traboulsi y Guillermo Castello los más críticos. Se prevé que el debate que no se dio en la arena política continúe en los estrados judiciales.
La réplica o simplemente un manto de silencio, puede ser la forma de continuar la polémica respecto a la recientemente sancionada Ley de Paridad en la Provincia de Buenos Aires, el debate dado en el recinto, evidencia que no alcanzó para satisfacer las dudas que plantea una “porción” importante de la sociedad, donde las encuestas están indicando una opinión negativa del 80% de la ciudadanía.
Uno de los primeros en alzar la voz fue el Presidente de la Democracia Cristiana porteña, Carlos Lionel Traboulsi, quien entre otros conceptos con mucha claridad expresó “tenemos que trabajar para construir una sociedad donde el mérito sea el norte y no una cuestión de sexo, donde el art. 16 de la Carta Magna se respete en cuanto a que la ‘idoneidad’ es lo que determina las posibilidades de las personas”.
Traboulsi se comprometió de tal manera con esta postura, que lanzó durante el mes de septiembre una campaña en la vía pública bajo el slogan “PARIDAD SI, CUPOS NO”, donde por otro lado señalaba a diestra y siniestra que “no se puede limitar a los partidos políticos a la elección de sus candidatos y autoridades por una ley que terminará masificando, todas las expresiones políticas desnaturalizando la razón de ser de los partidos políticos, que son herramientas fundamentales de la democracia, y están garantizados por la Constitución Nacional y las Constituciones Provinciales”.
Interpretó que la Ley de PARIDAD recientemente sancionada, atenta contra la libertad de asociación y ello afecta directamente a los partidos políticos; también afecta la libertad de pensamiento, por lo tanto en esa misma línea de razonamiento concluyo que vulnera la identidad ideológica de los partidos, como más abajo concretamente ejemplificaré. Esencialmente vulnerar por Ley lo que establece el art. 16 de nuestra Carta Magna, es lisa y llanamente inconstitucional, motivo seguramente de eventuales al tiempo que determinantes próximos cuestionamientos jurídicos.
A modo de ejemplo, observamos entonces lo que señala el FIT (Frente de Izquierda de los Trabajadores), donde con sus matices coincide con lo expresado ut supra, lo llaman “el maquillaje de los ajustadores” y señalan que “esta ley le pone obstáculos a un mayor protagonismo de las mujeres, las listas del FIT demuestran nuestra realidad; en La Plata, eran integradas en un 70% por mujeres, pero con esta ley no se podrá”. Además con un criterio que coincido en el aspecto técnico, afirman que “esta ley sintoniza con la reforma política que ese está discutiendo en el Congreso Nacional como parte de una serie de medidas prescriptivas, nosotros defendemos la idea de que cada partido decida libremente cómo integrar las listas”
Cabe preguntarse entonces, ¿Cuántos son los Partidos Políticos que en la Argentina funcionan como tales?; ¿Cuál es el rol de los Partidos Políticos en la democracia argentina?; ¿Los principales líderes nacionales de los ‘espacios políticos’ que impulsaron la Ley de PARIDAD, Mauricio Macri y Sergio Massa, tienen o integran Partido Político?; ¿Un cupo que actúa como techo, ya que se establece la paridad 50% varón, 50% mujer, es una política positiva? Son preguntas que deberán responderse sin maquillaje y sin hipocresías, si queremos como sociedad y como democracia, salir del Jardín de Infantes que evidenciamos transitar para elevarnos a la categoría que todos merecemos. A buen entendedor, pocas palabras.
En cuanto, a Guillermo Castello, Diputado de la Provincia de Buenos Aires por el ARI, e integrante del Frente CAMBIEMOS, si bien su fundamento al rechazo a la Ley de PARIDAD no tuvo la solidez político-jurídica sostenida por Carlos Traboulsi, no dejó de ser sumamente importante, ya que se atrevió a ser “políticamente incorrecto”. Castello afirma sin vueltas “lo que se votó en la Cámara es machismo puro”, aseguró que “estas medidas restrictivas perjudican el funcionamiento de la representación política“. Hoy fue más allá al continuar con el debate, y recordó en un post de su cuenta de Facebook un fragmento de la escritura de Marie Curie (científica polaca), “nunca he creído que por ser mujer deba merecer tratos especiales; de creerlo estaría reconociendo que soy inferior a los hombres, y yo no soy inferior a ninguno de ellos”.
EN CONCLUSIÓN: La Ley de PARIDAD DE GÉNERO o de CUPO FEMENINO es claramente discriminatoria, vulnera lo normado en nuestra Carta Magna y avasalla la libertad de pensamiento, de asociación, afectando directamente a los Partidos Políticos, por lo que el debate, sin duda, continuará en los estrados judiciales.
Si partimos además del supuesto que cada Partido Político tiene una doctrina, una ideología y una estrategia de poder en donde puede incluir a las mujeres, a los varones o ambos en iguales o distintas proporciones, será una decisión soberana del partido y que el ciudadano con SU voto respaldará o no; concluimos que una ley no puede arbitrariamente desvirtuar esta facultad originaria de las instituciones partidarias.
Se lo mire por donde se lo mire, coincido con lo expresado entre otros por Carlos Traboulsi, Guillermo Castello, el FIT, la DC porteña y un amplio sector del Peronismo Bonaerense, ya que los cupos son dañinos para la calidad institucional de nuestra joven democracia, y traerá más perjuicios que los aparentes beneficios que se declaman. Entiendo que hubiese sido más honesto, que los impulsores de la LEY DE PARIDAD hubieran implementado su espíritu en el seno de sus Partidos Políticos, obviamente en caso de poseerlos.
Infiero que los cupos que imponen caprichosamente por ley, y que no fueron consultados a la ciudadanía que en su mayoría lo rechaza, echarán por tierra con todos los logros de participación que ha adquirido la mujer en estos últimos años.
Los que quiera oír… que oigan
Por Oscar Dufour – 5minutosdenoticias.com/
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