Es una de interpretaciones vocales más extraordinarias de todos los tiempos.
Por sentimiento, por fuerza, por emoción, por entrega. Con el portento de su voz, con el maravilloso caudal y la perfecta vocalización.
Elvis Presley, ese cantante extraordinario que cautivó a millones en el mundo y que dilapidó todo su talento y su vida en la búsqueda equivocada de placeres mundanos, nos habla tan claramente de aquello que Jesús nos dice en el Evangelio…desperdiciar los talentos…Eso es lo que hizo este hombre que murió joven a causa del consumo de estupefacientes a la temprana edad de 42 años.
¿Por qué muchacho? Tu cautivante convocatoria podría haber sido tan oportuna para motivar a otras actitudes, a través de sentimientos que despertabas…Tu muchacho, habías estado en la guerra…¿No habías aprendido? Desperdiciaste una oportunidad de cantar para la paz, el amor, la soldidaridad…Llegabas al corazón de esa gente…¿por qué no haberlos llenado de otro gozo?
Para quienes lo recuerdan y para los jóvenes que no, escuchen, vale la pena.