Despiden en Hurlinham a las Religiosas de San José de Gerona
Las monjas del Instituto de Religiosas de San José de Gerona finalizarán su trabajo y evangelización de más de 20 años en la capilla San Damián y San Cosme, de la diócesis de Morón, y continuarán “aliviando dolores y sembrando la paz” en la diócesis de Cruz del Eje. Las religiosas serán despedidas por esa comunidad en el marco de una misa por celebrarse el sábado 22 del febrero, a las 20, en ese templo ubicado en Bustamante entre Ojeda y Lío Sanga, de la localidad bonaerense se Hurlingham.
“Todo el barrio San Damián es testigo de la labor ‘de hormigas’ -escondido, cotidiano y tenaz- que las hermanas han realizado a favor de la salud física y espiritual de todos. Por eso, nos nace dar gracias a Dios por la vida y obra de la venerable Madre María Gay Tibau y de sus hijas, nuestras hermanas. La audacia de la fe las sigue impulsando a ir a las ‘periferias existenciales’, que en su experiencia y carisma es ‘la cabecera del enfermo’”, se destaca en la convocatoria publicada en el boletín diocesano Koinonia.
“Todo un mundo: enfermedad, dolor, familia, soledad, cruz, también solidaridad, fraternidad, plegaria y entrega. Damos gracias a Dios por haber conocido este carisma que enriquece a toda la Iglesia y le rogamos les envíe vocaciones, también pedimos que la siembra de esta comunidad religiosa en nuestro barrio germine, crezca y dé mucho fruto”, se agrega.
Sobre las Religiosas de San José de Gerona
Misión
«La misión apostólica del Instituto consiste en el ejercicio de la caridad para con los enfermos, prestándoles asistencia espiritual y corporal.» (Constituciones, 3).
Nuestra madre Fundadora recibió el carisma de cuidar y velar a los enfermos de toda clase de enfermedades y, a través de esta asistencia, sembrar la paz en su corazón. Así pues, la religiosa de San José, como seguidora de María Gay, está llamada a llevar ese mensaje al hombre enfermo.
Ante el estado de abandono y sufrimiento en que se encontraban los enfermos de Girona, tanto en sus domicilios como en los hospitales municipales, y no obstante la escasez de medios técnicos que podía ofrecerles, María Gay no retrocedió sino que con la fuerza del Espíritu y un gran deseo de hacer el bien, se entregó con ardiente caridad al servicio de las personas enfermas.
Hoy como en los tiempos de María Gay estamos todas llamadas a llevar paz al mundo del dolor, donde alguien necesita ser atendido y escuchado, sin tener en cuenta su condición social, su ideología ni su religión.
El Instituto, consciente del reto que supone de cara al nuevo milenio la prioridad que da la Iglesia a la evangelización desde la propia vida, se propone vivir con más radicalidad las raíces esenciales del carisma. «Aliviar el dolor y sembrar la paz». A ello ayuda también el hecho de la reciente introducción de la Causa de Beatificación de la Fundadora María Gay Tibau. El compromiso de cada una de las Hermanas es total en esta toma de conciencia.
Nacimiento
María Gay nació en Llagostera, población a unos 20km. de Girona, el 24 de octubre de 1813, y fue bautizada al día siguiente. Sus padres fueron Martín Gay y María Tibau.
En 1815, después de fallecer su padre, nace su hermano Pedro. Su madre debe afrontar en soledad el crecimiento y la educación de María y Pedro en circunstancias difíciles, como consecuencia de la guerra de la Independencia. El 23 de octubre de 1850 fallece su madre en el Hospital Santa Catalina de Girona. María se queda en la ciudad.
Fundación
María vive en la casa del Dr. Amerio Ros durante 20 años, ayudando en las tareas domésticas y participando de la vida de esta familia. En estos años María entra en contacto con el sufrimiento de los enfermos que llamaban a la casa del Dr. Ros. Se despierta en ella el ansia de ayudarles más directamente.
Esta inquietud la lleva a crear una sencilla asociación, que inicia su andadura el 29 de junio de 1870. El grupo de María y sus veladoras recorren de día y de noche las calles de Girona para asistir a los enfermos en quienes ven al propio Cristo. El Sr. Obispo, viendo la fama de caridad y fortaleza de María y sus compañeras, en 1872, consciente de la trascendencia de su labor, les concede un Reglamento Provisional.
La Bisbal (1879)
La petición surgió a inicios del año 1879 por parte de un buen número de familias que habían oído hablar de las Hermanas de San José, veladoras de enfermos en Girona, y presentaron al Obispo numerosas firmas a fin de conseguir ese objetivo. Se consultó al director de la asociación y éste informó a la Fundadora y a la Superiora y ambas aceptaron esta petición. Una vez realizados los trámites, cuatro Hermanas fueron a vivir a La Bisbal para atender a los enfermos en sus domicilios.
Bañolas (1880)
Fue la segunda, que ya presenta matices nuevos que la Fundadora aceptó. En 1880 los miembros del Ayuntamiento, sabedores del buen servicio que las Hermanas de San José prestaban con los enfermos, se presentaron en Girona para solicitar al Obispo que les concediera Hermanas para que asistieran a los enfermos y pobres del Hospital, por considerarlos prácticamente abandonados. La fundación quedó aceptada. La comunidad se instaló el 13 de agosto de 1880 con el fin de asistir a los enfermos del mismo hospital y también en sus casas particulares cuando el trabajo del hospital lo permitía.
Lloret de Mar (1881)
El buen nombre y la abnegación de las Hermanas de San José, veladoras de enfermos, llegó al pueblo de Lloret de Mar. La Junta del Hospital siguió la trayectoria de solicitud ofreciendo a las Hermanas: Albergue, asistencia en caso de enfermedad, como a los asilados, dos reales diarios cada una y la posibilidad de velar enfermos a domicilio cuando no tengan que hacer en el hospital.
Torroella de Montgrí (1882)
Un poco más lejos de Girona se encuentra el pueblo de Torroella, vieja villa catalana situada al lado de la montaña de Montgrí. En este bello lugar los problemas eran parecidos a los que ya hemos mencionado. La Junta directiva quería mejorar el hospital. Las autoridades de la villa indicaron que conocían el servicio, la asistencia y el celo de las Hermanas de San José residentes en Girona y solicitaron sus servicios por medio de una petición oficial de la Junta directiva, ratificada por el alcalde. El martes, 26 de septiembre de 1882, se instalan en esa villa cuatro Hermanas.
San Feliu de Guixols: 1884
En San Feliu había un buen hospital que albergaba más de 100 enfermos y, además, era generosa la aportación económica de varios bienhechores del pueblo, lo cual permitía ir mejorando el edificio. En 1884, con el fin de que no se alterase la salud pública, debido al contagio, el Ayuntamiento extendió estos servicios también a los enfermos que permanecían en sus domicilios. La Junta trató el tema de la sanidad y consideró conveniente la instalación de algunas Hermanas Josefinas para que prestaran dicho servicio. El Ayuntamiento y el cura párroco enviaron su petición al obispo exponiendo el deseo de contar en esta villa con la presencia de las Hermanas. El obispo presentó la petición a las Hermanas, que la aceptaron con gusto. La comunidad quedó establecida en octubre de 1884.
Blanes: 1884
La Junta del Hospital «San Jaime», conociendo su situación precaria y deseosa de ofrecer a los enfermos del pueblo una mejor asistencia, solicitó Hermanas para el hospital y para los enfermos en sus domicilios. Acto seguido el Director del Instituto, D. Buenaventura Floreta, envió al Ayuntamiento las condiciones que debía aceptar para que las Hermanas pudieran tomar a su cargo a los enfermos del mencionado hospital y los que debían ser asistidos en sus casas. La comunidad de Hermanas de San José quedó instalada en noviembre de 1884.
Ver mas sobre las religiosas en: http://www.irsjg.org/